Vacila al comprobar la altura del acantilado desde el que hemos planeado saltar cogidos de la mano, pero le recuerdo que quitarnos la vida es la única forma de estar juntos para siempre. A modo de despedida, me dice que echará de menos mi sentido del humor, cómo la hago reír. Yo le contesto que de ella me fascina su arrojo y un punto de locura que la hace irresistible. Segundos más tarde intercambiamos gestos de sorpresa. Ella porque le he soltado la mano. Yo porque se haya tomado en serio lo de lanzarnos al vacío.

 

pareja-imperfecta