Mundos paralelos, ruptura de expectativas, cambios de contexto, suspense, humor, terror…, todo cabe en un microrrelato si lo narras y lo estrujas bien.

Categoría: Concursos (Página 1 de 2)

Aquelarre

Mi microrrelato «Aquelarre» ha sido seleccionado entre los finalistas del mes de octubre del VII Certamen de Microrrelatos Javier Tomeo y que optarán al primer premio. Se han publicado en la revista Compromiso y Cultura.

Aquelarre

Las carcajadas revientan el silencio del bosque. Cualquiera que pasara por allí se hubiera sobrecogido al oír las maldiciones proferidas contra los hombres. O al verlas danzar en corro, vociferando alrededor de la hoguera mientras consumían sus brebajes.
El encuentro no se alarga demasiado. Ahogan el fuego con tierra, recogen los restos y, con la sonrisa traviesa de quien hace algo a escondidas, se despiden y retornan a sus vidas.
Sabrina tiene que atravesar la plaza del pueblo para volver a casa. Algunos vecinos se santiguan al verla y le dirigen una mirada a medio camino entre el rechazo y el desdén. Más de uno piensa que esas reuniones de mujeres son abominables, que habría que prohibirlas. Incluso algunos dicen que adoran al mismísimo Satán.
A veces, ella misma se ve en el espejo, escoba en mano, y se imagina echando a volar como si fuera una bruja. Al fin y al cabo, ya duerme con el diablo. Ese que, por no tener lista la cena, le espera en casa con la mano levantada otra vez.

Casa vacía

Acabó de escuchar el mensaje grabado en el contestador. El tono de la voz era calmado, sin atisbo de hostilidad, como si una separación pudiera llevarse a cabo de forma civilizada, aunque a ella las palabras le sonaron despiadadas: Marina, pasaré a recoger la maleta mañana a las cinco, si no quieres verme déjasela al portero. Corrió al dormitorio a abrir el altillo donde guardaba las maletas, miró como quien busca alguna cosa pero no sabe qué y rompió a llorar. Ni se llamaba Marina ni nunca había tenido la maleta de nadie en casa.

Finalista en la convocatoria de mayo 2020 del concurso de la Microbiblioteca.

Como una más

El escaparate está lleno de muñecas de colección. Un sinfín de muñecas de todas las formas, tamaños y épocas que cuido con mimo y colmo de atenciones. Arreglo sus vestiditos de seda, retoco sus peinados y las ubico de forma que, dentro de la multitud, cada una parezca distinta, especial.
Veo aparecer a la niña casi a diario. Siempre sola y vistiendo un abrigo raído. Se le van las horas contemplando las muñecas, con la mirada de quien ha descubierto un coro de ángeles que habitan un paraíso inaccesible para los que no son de su condición. A mí me da cada vez más lástima ver sus ojos aferrados a lo que unos días me parece una esperanza y otros una quimera. Algo me dice que no es con tener una muñeca con lo que sueña, que lo que realmente anhela es ser una de ellas.

Seleccionado para el recopilatorio anual de Esta Noche Te Cuento (abril, 2020).

como-una-mas

Auxilio

El médico sacude ligeramente a la mujer y al ver que no reacciona, acerca la mejilla a su nariz para comprobar la respiración. Ella sabe que no va a poder aguantarla mucho rato. Lo que sí va a hacer es cerrar los ojos con fuerza y no decir ni una palabra. Obligar a que analicen su sangre, a que le hagan resonancias, electrocardiogramas. Provocar discrepancias en sus diagnósticos, sumirlos en una perenne confusión. Cualquier cosa menos volver a casa.

 

Seleccionado para el libro recopilatorio “Más allá de un no. Microrrelatos y opiniones sobre violencia de género“.  Universidad Alberto Hurtado, Chile.

auxilio

Contingencia

Aquella tarde en que salió del parque del Retiro por la puerta de Madrid en lugar de la de Hernani, que era la habitual, ocurrió algo extraño. En casa, le recibieron una mujer y unos hijos que no eran los suyos y aun así parecían reconocerle. Llevado por la curiosidad, decidió pasar allí la noche. Por la mañana, volvió al parque, lo abandonó por la salida de siempre y se reencontró con su familia. La experiencia de una existencia dual le resultaba emocionante y durante un tiempo alternó ambas puertas, hasta que un día, volviendo de su segunda vivienda, encontró el parque cerrado. Temeroso de perder definitivamente su vida original, probó suerte saliendo de casa por la puerta de atrás, con la esperanza de retornar a su propia realidad. Todavía habita indeciso una nueva versión del parque en la que no hay puerta de Hernani ni de Madrid.

 

Finalista en el X Concurso de microrrelatos «De paseo por el Prado y el Buen Retiro» de la Red de Bibliotecas Públicas del Ayuntamiento de Madrid.

 

contingencia

Qué importa

Mi madre nos explica a menudo los sucesos del día en que mataron a papá. Los militares arrastrando hasta el muro a todos aquellos que pensaban que habían cometido traición. Cómo los condenados cerraban los ojos para no ver los fusiles. El estampido de la detonación y la sonoridad de los cuerpos golpeando el suelo. Aquel sargento sin cerebro que lleno de ira apuntó con su pistola a un joven soldado porque un proyectil oxidado había atascado su arma. La actitud de resignación del muchacho mirando hacia abajo mientras la bala le atravesaba la cabeza. Y nunca aclara nada más.

 

Ganador de la semana del 15/09/2018 en el concurso del programa Wonderland de R4.

 

que-importa

Artes circenses

Los hermanos Kulibali somos expertos en acrobacias, nuestro talento es incuestionable. Si subir los seis metros de altura ya es un prodigio de agilidad, mantener el equilibrio allá en lo alto durante tanto tiempo proporciona momentos de enorme intensidad dramática. Todo el mundo puede comprobar que no hay truco, lo importante es tener convicción, si te lo piensas mucho ni lo intentas. Antes éramos cuatro, ahora solo quedamos dos. Es necesaria una gran disciplina mental para no capitular después de ver a otros caer de la valla tras dejarse la carne en las cuchillas. Sin embargo, siempre cerramos los ojos, apretamos los dientes y volvemos a intentarlo. Nadie nos va a dar otra solución. Como dicen en el circo, el espectáculo debe continuar.

Seleccionado entre los finalistas del VI Concurso Purorrelato de Casa África para formar parte de la publicación digital.

 

artes-circenses

Común

Nos hemos planteado decirles que se buscaran otro sitio. No porque esto sea un club privado precisamente, sino porque estamos tan hacinados que pronto acabaremos unos sobre otros. Ya sabemos que no lo decidimos nosotros, pero nos gusta dejar correr la imaginación y pensar que nuestra opinión aún cuenta. En un rato comenzarán a caer cadáveres y los afortunados harán el signo de la victoria para celebrar que no han quedado sepultados por los nuevos. Poco más tenemos para consolarnos que buscar la suerte de aparecer los primeros si de aquí a unos años no nos han olvidado del todo.

 

Relato finalista del concurso del programa Wonderland de R4 en la semana del 23/06/2018

comun

Circularidad de los sueños

Nadie repara en aquel hombre sentado en la terraza de la cafetería que maneja el lápiz con movimientos suaves y precisos. Trazo a trazo reproduce hasta el último detalle de la vivienda abandonada que tiene enfrente. Pese a ello, solo es capaz de desterrar la sensación de que el dibujo está incompleto cuando añade una figura femenina, a la que su imaginación atribuye el hechizo de una sirena. Sin que nadie se percate, una mujer asoma por la ventana de la casa con la mirada puesta en los restos de esa antigua cafetería clausurada hace ya tiempo. Un anhelo imperioso le invita a cantar una oda al amante con el que fantasea. Su voz es de las que subyugan sin remedio. Cautivo de aquellas notas, aparece un artista con lápiz y papel en mano.

Nada de esto advierten los transeúntes que diariamente cruzan ese espacio entre la cafetería y el caserón. Como tantas otras cosas, pasan desapercibidos, transitando hacia destinos sin futuro, abarrotados de sueños que siempre acaban igual que empiezan.

 

Seleccionado en la convocatoria de abril de 2018 de Esta Noche Te Cuento.

circularidad-de-los-sueños

Bumerán

Con objeto de conocer a los padres de su mujer, fue instruido en unas pautas de conducta muy minuciosas sobre vestimenta, protocolo y temas de conversación. La disciplina mental que tuvo que mantener aquel día fue tan exagerada, que a la mañana siguiente todavía seguía en constante vigilancia. Se dijo a sí mismo ante el espejo que incluso ir a trabajar al taller exigía seguir un código de vestimenta y se puso corbata. Durante la cena mantuvo una conversación en torno a banalidades para evitar aludir a cualquier tema comprometido. Desde aquel momento la contención y la formalidad fueron impregnando paulatinamente su relación y, con el paso del tiempo, la falta de complicidad fue añadiendo monotonía a la convivencia. Si bien de vez en cuando pasaba algunos ratos divertidos con su esposa, comenzó a pensar que no le caía ni bien ni mal. Era un mero conocerse sin profundizar en la relación, y no tardó mucho en llegar a la conclusión de que lo más correcto era tratar a su mujer de usted. Una mañana, después de dar vueltas en la cama toda la noche, fue finalmente consciente de lo embarazoso que le resultaba vivir con una semidesconocida y decidió hacer las maletas.
La ceremonia en el juzgado duró poco y solo acudieron los familiares más cercanos. El instante más conmovedor fue cuando se devolvieron los anillos. Durante la comida, el padre de la exmujer hizo un brindis con palabras de elogio para el exmarido. No entendía que su hija no quisiera estar casada con alguien tan bien educado.

 

Seleccionado como finalista del .

 

bumerán

« Entradas anteriores

© 2025 Todo cabe

Tema por Anders NorenArriba ↑