Nos hemos planteado decirles que se buscaran otro sitio. No porque esto sea un club privado precisamente, sino porque estamos tan hacinados que pronto acabaremos unos sobre otros. Ya sabemos que no lo decidimos nosotros, pero nos gusta dejar correr la imaginación y pensar que nuestra opinión aún cuenta. En un rato comenzarán a caer cadáveres y los afortunados harán el signo de la victoria para celebrar que no han quedado sepultados por los nuevos. Poco más tenemos para consolarnos que buscar la suerte de aparecer los primeros si de aquí a unos años no nos han olvidado del todo.
Relato finalista del concurso del programa Wonderland de R4 en la semana del 23/06/2018
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