Hay escritores que trabajan sin tener la trama pensada de antemano. Dicen que a medida que escriben los personajes cobran vida propia y se hacen dueños de la historia. A él le ocurre exactamente lo contrario. Antes de comenzar a escribir determina con gran exactitud el destino de los que figuran en su obra sin que ellos le dicten nada. Tal vez esa falta de libertad sea la razón por la cual muchos se le acaban suicidando. No es de extrañar, con tanto relato repleto de suicidas, que no haya podido zafarse de la etiqueta de escritor de género negro.
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