Finge seguir el tratamiento, pero hace tiempo que dejó la medicación. Ha desarrollado un talento inusitado para disimular, y aún así, cada día resulta más complicado. Tiene anotados sus nombres y utiliza frases ambiguas. Aparenta súbitos cambios de humor para justificar sus silencios. Cada día se evapora algún recuerdo, ya sea un detalle insignificante o algo que añade más vacío a su existencia. Lo que sabe con certeza es que no conoce a la gente que vive en esa casa. Ignoran que tiene la maleta preparada y mañana se marcha. Se lo ha apuntado en un papel, por si acaso.
Deja un comentario